Mario Ridolfi en 1928, presentó su «Torre de los Restaurantes» la que desplazaba sus forjados, jugaba con la idea del peso y de la estabilidad.
Este poco conocido proyecto podría considerarse antecedente directo de:
el archidifundido museo de Sanaa, en Brooklyn, con los mismos propositos, desplazamiento, inestabilidad, peso y tambien del vertiginoso
rascacielos de vivienda de Herzog & de Meuron, para Manhattan. Los mismos conceptos, llevados al extremo con el detonante de la altura.
Los tres proyectos corresponden a concepciones no estadounidenses del rascacielos, o del edificio en altura. Ninguna de nuestras propuestas planteadas como «nuevas» innovadoras, creativas, lo son realmente, como dice Prada Poole en Arquitectura jamás se parte de O.
La tecnología permite que los proyectos pensados hace casi 100 años, puedan comenzar a re-plantearse, considerando nuevos factores mas allá de la técnica, como los profundos cambios en nuestros sistemas de vida.
Los sueños de la arquitectura, tarde o temprano, se acaban cumpliendo…